Notas.

Graciela Guzmán

´La imaginación inventa la visa nueva, inventa el espíritu nuevo, abren ojos que tienene nuevos tipos de visión

POR ROSA FACCARO
A.A.C.A-A.I.C.A

Lo que veo en tus trabajos

POR EDUARDO


Percibo como eje de tu obra el gesto, la luz y la sensualidad.

Una sensualidad que está provista por una violencia gestual casi sanguínea, que se manifiesta en el tratamiento de la superficie y una sensualidad que se hace presente en los ritmos y las formas a las que recurrís.

En muchos casos, se trata del choque de masas con grandes contrastes de luminosidad y en otros, de un acercamiento delicado sin abandonar su potencia expresiva.

El color está reducido a una mínima expresión porque es la luz, sobre todo, lo que te atrae, te fascina. Para trabajarla, usás los grises con una gran seguridad y una paleta limitada, colocando decididamente negros absolutos, brillantes blancos y oscurísimos pardos.

Para concretar tu obra, utilizás el collage, el pincel y los chorreados. Estos últimos, dan muestra del deseo, de lo no controlado dentro de una obra, donde los volúmenes han sido voluntariamente suavizados para expresar esa sensualidad de la que hablo.

La abstracción sensible de Graciela Guzmán

POR Luciana García Belbey

La producción de Graciela Guzmán desarrollada entre 2008 y 2009 continúa en la indagación de las posibilidades expresivas de los materiales empleados, siempre en este estilo tan particular que la artista viene desarrollando hace ya varios años, en lo que podemos denominar una abstracción sensible . En contraposición a la anterior obra geométrica que la artista desarrollara a principios de los ochenta, a ésta la podemos definir como un tipo de obra en donde lo gestual y lo expresivo son el motor que impulsa a plasmar en la superficie aquellos sentimientos que, para la artista, nos despierta nuestro mundo contemporáneo.

Para la artista “el mundo actual es caótico”. Esto se refleja en la materialidad de la obra, la fuerza expresiva con la que trabaja la materia pictórica. Como bien afirma Umberto Eco, “el arte habla, a través de su manera de estructurarse, del hombre de hoy”. Según el autor, el hombre –desde el mismo momento en que nace- está alienado a una cultura precedente, sin que esto signifique ser prisionero de ella, sino que, sencillamente, el hombre es producto de una historia de la cual no puede prescindir. En este sentido es que podemos decir que la obra de Graciela Guzmán “se propone como una estructura abierta que reproduce la ambigüedad de nuestro mismo ser-en-el-mundo; […] tensión dialéctica de posesión y alienación”. En donde el “verdadero contenido se convierte en su modo de ver el mundo y juzgarlo” .

El principal material utilizado es el acrílico; pero muchas veces éste puede estar enriquecido con arena, harina, polenta, geso, y otros elementos para lograr mayor contraste de texturas y volúmenes. Las superficies en donde trabaja también pueden variar: van desde el tradicional bastidor entelado, pasando por cartón de distinto tipo, papel, collage, hasta fotografías tomadas por la propia artista que luego son intervenidas.

Dentro de este corpus de obras, cabría la posibilidad de distinguir entre aquellas que podríamos denominar más dramáticas, más caóticas, donde se puede apreciar un mayor abigarramiento en la superficie, cuya principal característica es una gestualidad furiosa, denotando un compromiso corporal muy marcado; de hecho en muchos de sus obras trabaja directamente con las manos. Por otro lado, hay un conjunto de obras que poseen más “aire”, son más despojadas, por ende se las perciben un tanto más apacibles que las del primer conjunto.

Varios de estos trabajos no sólo son una continuidad estilística con su producción de años anteriores, sino que también algunos continúan series precedentes. Tal es el caso de dos de sus series desarrolladas en el 2007: la de Los Caminos y la de La ola. Este trabajo en serie consiste básicamente en tomar una forma visual que la artista encuentra interesante y trabajarla para hacerla mutar y evolucionar pero sin variarle demasiado su morfología. Los títulos de estas producciones (atribuidos posteriormente) nos remiten a una vaga idea de paisaje, sensación que transmiten muchos de sus trabajos.

Si bien la artista manifiesta que debería trabajar con mayor intencionalidad conceptual los títulos de sus obras, sin embargo, la falta de denominación en muchas de ellas nos brinda un gran beneficio a quienes las observamos. De hecho nos otorga total libertad para interpretarlas, para experimentar nuestros propios sentimientos, sin una pauta o guía que condicione nuestra percepción. De esta manera Guzmán nos invita a que nos atrevamos a experimentar la propia imaginación, y para ella no hay nada más importante que la libertad .

Efectivamente, éste fue uno de los principales motivos que la impulsó, a mediados de los ochenta, a “romper” con las estructuras de los trabajos de abstracción geométrica que venía realizando luego de sus estudios con Victoria Trench. En este quebrar las figuras geométricas, primero comenzó fisurándolas, hasta que logró estallarlas, desintegrándolas casi por completo.

No obstante, en sus trabajos actuales los cuadrados y rectángulos quedan como un resabio que no se perciben fácilmente en la superficie, sino que yacen subterráneamente. En efecto, estas estructuras siguen siendo el sustento y base ordenadora de muchas de sus obras. A veces esas figuras geométricas emergen de la profundidad de la materia, casi fantasmales.

Más allá de los distintos períodos señalados en la obra de Graciela Guzmán, sus producciones siempre intentan explotar al máximo las posibilidades expresivas de la materia. Convierte sus obras en territorio de experimentación haciendo de ellas interpretaciones poéticas de nuestro mundo contemporáneo, donde los límites de la realidad son cada vez más difusos, en la era de la inmediatez informativa. Frente a esta realidad, que puede resultar apabullante y caótica, la artista nos propone descubrir los propios sentimientos a través de sus obras, que en el momento de la recepción se convierten en una puerta de entrada a la propia imaginación.